LA IMAGEN TRASLÚCIDA (español)

 “La otra parte” Exposición de Chema Cobo en la galería Siboney, Santander.

“Hay que pintar únicamente lo que nunca se ha visto, lo que nunca se vera.” Tristan Corbière
La imagen translucida.
En esta octava exposición de Chema Cobo en la Galería Siboney  de Santander, el artista sigue investigando los temas y motivos de las exposiciones de los últimos años. La Exposición titulada “La otra parte” consta de 18 oleos sobre lienzo de pequeño y mediado formato hechos ex profeso para ser montados y vistos en la Galería Siboney. Chema Cobo lleva ya unos años concentrando cada vez mas su trabajo sobre las trampas que ofrece al ojo  del espectador las imágenes al que esta expuesto diariamente.
En esta muestra, Chema Cobo invita al espectador a ir mas allá de las imágenes. Le invita  a cerrar y abrir los ojos y a encontrar en este “clin d’oeil” lo que hay detrás de cada cuadro, lo que queda de el cuando vuelve a casa y las luces se apagan. Su pintura crea imágenes diferentes a las del desfile habitual de fotogramas que nos rodea. En estos tiempo, el ojo esta saturado de imágenes banales que pasan delante de la retina a toda velocidad sin dejar rastro. Son imágenes sin consecuencias, generan amnesia.
Chema Cobo, sin embargo, utilizando la pintura como “diagnostico” crea imágenes que se comportan como cortinas. Sugieren que lo importante siempre queda oculto. Esta en lo que no se ve y flota en el aire del cuadro. Por esto estas imágenes siguen moviéndose conceptualmente en el fondo de la memoria del espectador.
Para conseguir que el espectador se quede “impresionado”, Chema Cobo realiza un proceso de sustracción: evita contar la historia de forma convencional, lleva al limite los códigos convencionales de la pintura: el color, la perspectiva, el parecido son llevados a su paroxismo para revelar una imagen casi espectral… o el espectro de una imagen… nunca se sabe si la imagen esta a punto de aparecer o de desaparecer… y esto intriga al espectador, lo deja en estado de shock como si hubiese visto un fantasma. ¿Y quizás lo haya visto?!
En el cuadro se evitan todas las posibilidades de distracción para que la imagen sea  translucida. En estas obras, Chema Cobo fuerza el color y lo pone a punto de estallar, nunca empaña el ojo, se queda en una proyección de luz. Tiene esta fragilidad “infrasutil” – el color se queda transparente -de algunos experimentos de Duchamp.
A través de este proceso, Chema Cobo transforma la imagen en puro fenómeno. La pintura le inyecta un instante de duración… para que entre en la eternidad del recuerdo. Las imágenes elegidas para ser sometidas a este proceso no corresponden a ninguna categoría pictórica. Son imágenes que corresponderían, si hablásemos de cine, a  trozos de películas desechados. Estos objetos que quedan fuera del campo de la cámara pero que si estaban en la secuencia. Todos estos elementos no inmediatamente significativos que se quedaron fuera del montaje.  Se trata de encontrar estos fotogramas y estirar su corta vida informativa
De esta manera, la exposición parece un montaje cinematográfico hecho a base de material de desecho elegido azarosamente en la sala de edición. .
Chema Cobo invita el espectador a un partido de ping pong  (en un abrir y cerrar de ojo) con su propia memoria, enviándose y devolviéndose la imagen y la “impresión” de la imagen., creando un mundo de significados momentáneos.
Esta forma de pintar, en respuesta a la invasión de las imágenes veloces de los medios de comunicación, es a la vez clásica y extremadamente novedosa porque desconecta definitivamente la pintura de la realidad. Entre ellas, no hay ya ninguna relación de causalidad, solo queda un vació que rellenar. Este espacio vació es un agujero donde las palabras flotan y deambulan en busca de sentido. ¿Espacio de deseo?  Supera  totalmente los “clichés” del pop. Recupera para llevar aun mas lejos la larga historia de los “mirones” del arte desde Manet a Duchamp pasando por Dali y Magritte. Todos estos “mirones”, como Chema Cobo, iban en busca de “la otra parte”… ¿la parte poética?